110. Incluso el tiempo era el adecuado
El Buda buscó la verdad durante seis años, y cuando logró el despertar, lo hizo cercano al alba, justo pasadas las cuatro de la madrugada. Habiendo despertado, enseñó durante 45 años, haciendo uso de ese momento después de las 4:00 a.m. cada día para expandir su consciencia y ver a quien debía enseñar durante ese día. Cuando llegó el momento de su nibbāna completo, escogió el mismo momento del día.
Un bulto de fabricaciones que habían surgido el 4 de octubre de 1888 en el pueblo de Praasaat, de la provincia de Surin, creció y se desarrolló por etapas, llevando una vida admirable y recta. Permaneció con los hábitos ocre el resto de su vida, practicando de un modo ejemplar, realmente un «incomparable campo de mérito para el mundo». Trabajó de forma consumada para su propio beneficio y para el beneficio de los demás hasta el 30 de octubre de 1983.
Fue entonces cuando Luang Pu abandonó su cuerpo, a las 4:13 de la madrugada—así, nada más—.
Lo más asombroso fue que sus estudiantes—laicos y ordenados, provenientes de la ciudad y del bosque—se habían reunido para hacer mérito en la celebración del inicio del año número 96 de Luang Pu, el fin de su octavo ciclo de doce años, como si se estuvieran preparando totalmente para este evento.