99. Sin dar espectáculos

Luang Pu nunca hizo nada para llamar la atención hacia sí mismo. Por ejemplo, si alguien quería sacarle una foto, tenía que ser en el momento adecuado. Por ejemplo, cuando se ponía su juego de hábitos completo para escucharel Patimokkha, o para ordenar a un monje, o para participar en alguna ceremonia, sí pedías permiso para tomarleuna foto en un momento así, era fácil. Pero si estaba sentado de manera informal y le pedías que se levantara, se pusiera sus hábitos y posara para una foto, era difícil que te complaciera.

Una vez una mujer de Bangkok trajo una manta muy fina para que Luang Pu la usara en el invierno. Unos meses después, en medio de la temporada de calor, ella vino de nuevo a presentar sus respetos. Le pidió que se pusiera la manta y posara con ella para poderle tomar una foto, porque se había olvidado de tomarla cuando la donó. Luang Pu se rehusó diciendo: «No hay necesidad». Incluso cuando le pidió una segunda y una tercera vez, continuó diciendo: «No hay necesidad».

Cuando se marchó me sentí incómodo y le dije: «¿Se da cuenta de lo descontenta que estaba?».

Luang Pu sonrió y contestó:

«Lo sé. Y la razón de su descontento es que su corazón tiende al descontento».