92. Todavía más extraño
Seguro que te podrás imaginar lo emocionada que estaba la multitud laica al presenciar aquel encuentro fortuito de tres grandes ajaans. Se trata de una oportunidad poco común. El furor era tal, que dos fotógrafos de Surin comenzaron a sacar todas las fotos que pudieron.
Cuando viajábamos en el autobús de vuelta a casa, los fotógrafos vieron el hambre de la gente por las fotos y anunciaron que las iban a imprimir en ampliaciones de 30 cm y luego las venderían para donar las ganancias al blas ganancias, al monasterio de bosque de Jawm Phra. A mi me pareció que no era algo muy bonito ponerle precio a una foto de un ajaan, pero casi todo el mundo en el bus pidió una.
Cuando los fotógrafos revelaron la película vieron que, de las más de veinte fotografías que habían tomado con tanto esfuerzo, todas estaban veladas, como un cielo sin nubes. Eso acabó con las esperanzas de todos sobre las fotos, y aquel encuentro resultó ser el último entre estos tres ajaans.