93. La verdad como él la veía

Cuando la gente le preguntaba a Luang Pu si había leído alguna de las anécdotas de la vida de Ajaan Mun, él contestaba: «Unas pocas». La siguiente pregunta era: «¿Y qué opina de todos los poderes psíquicos y de los milagros que ahí se describen?». Luang Pu respondía: «Tiempo atrás, cuando vivía con Ajaan Mun, nunca le escuché mencionar nada al respecto».

Normalmente, cuando Luang Pu hablaba de Ajaan Mun, hablaba únicamente de sus prácticas ascéticas diciendo:

«De entre las últimas generaciones de monjes, nunca he visto a nadie llevar las prácticas ascéticas de un modo tan estricto como lo hacía Ajaan Mun. Solo llevaba ropas hechas de retales que él mismo había cosido y teñido. Nunca utilizó ropas acabadas que hubiera recibido de otras personas. Permaneció viviendo en el bosque su vida entera. Solo comió la comida que había recibido en su ronda de limosnas, y solo de su bol de mendicante. Incluso cuando estaba severamente enfermo, se sentaba con el bol entre sus piernas para que los demás le pusieran la comida. Nunca aprovechó los beneficios especiales derivados de cumplir el retiro de lluvias o recibir el kathina. Nunca se involucró en trabajos de construcción y nunca intentó persuadir a otras personas para que lo hicieran».