90. Sin fábulas
Durante todo el tiempo que viví cerca de Luang Pu, nunca escuché que incorporara fábulas o historias entretenidas en sus enseñanzas—ni jātakas ni historias actuales—. Sus enseñanzas solían ser verdades nobles, puras y simples, en un nivel último e impersonal. O a veces se presentaban en forma de comentarios cuidadosamente escogidos, como si intentara ser frugal en sus palabras. Incluso cuando daba instrucciones acerca de ceremonias religiosas, de cómo hacer donaciones, o sobre moralidad básica, enseñaba de una manera muy desapegada. La mayoría de las veces decía:
«Las ceremonias y las actividades que generan mérito pueden entenderse como medios hábiles, pero desde el punto de vista de un meditador, la habilidad que aportan es muy poca».