76. Nada más que eso
A veces, cuando Luang Pu se daba cuenta de que la gente que venía a practicar con él no tenía todavía un compromiso firme y anhelaba todavía la felicidad y el disfrute de las cosas puramente mundanas, al grado de no ser capaces de soltarlas y practicar el Dhamma, él les daba una enseñanza para que reflexionaran y pudieran ver claramente las cosas por lo que son:
«Les pido que examinen la felicidad, para ver exactamente cuál fue el momento de mayor felicidad en su vida. Cuando lo miren con sinceridad, verán que tan solo es eso—nada más que cualquier otra cosa que hayan experimentado. ¿Por qué no es más que eso? Porque el mundo no tiene nada más que eso. Es todo lo que puede ofrecer—una y otra vez, absolutamente nada más que eso—. Solo nacimiento, envejecimiento, enfermedad y muerte, una y otra vez. Tiene que haber una felicidad más extraordinaria que eso, más excelente que eso, más segura que eso. Es por esta razón que quienes son nobles sacrifican esa felicidad limitada en busca de la felicidad que proviene de aquietar el cuerpo, aquietar la mente, aquietar las corrupciones. Esta es la felicidad segura, con la que ninguna otra cosa se puede comparar».