39. Sus palabras no le traían problemas

Luang Pu era impecable en sus palabras; cuando él hablaba siempre había un propósito detrás de sus palabras. Nunca se creó un problema para sí mismo o con los demás a través de sus palabras. Incluso cuando lo incitaban a criticar a otros, nunca mordía el cebo.

Fueron repetidas las ocasiones en que alguien vino para decirle: «Luang Pu, ¿cómo es que a algunos de nuestros predicadores de renombre a nivel nacional les gusta atacar a otras personas o denunciar a la sociedad o criticar a otros monjes veteranos? Aunque me pagaran no podría respetar a tales monjes».

Luang Pu respondía,

«Ese es el nivel de su conocimiento y comprensión. Dicen aquello que les resulta fácil según su nivel de comprensión. Nadie te paga para que los respetes. Si no quieres respetarlos, no los respetes. Seguramente no les importará».