33. Cuanto menos mejor

«Aunque hayas leído todo el Canon y recuerdes muchas enseñanzas; aunque puedas exponerlas con elocuencia y haya mucha gente que te respete; aunque construyas nuevos edificios en los monasterios o aunque puedas explicar el estrés, la impermanencia, y el no-yo de la forma más detallada; si aun así eres descuidado, no has probado en lo absoluto el sabor de las enseñanzas, porque todas esas cosas son externas. Todas ellas sirven fines externos: como beneficio a la sociedad, beneficio a otros, beneficio a las generaciones futuras o a un símbolo religioso. Lo único que sirve a tu verdadero fin propio es liberarte del sufrimiento.

«Y solo serás capaz de lograr liberarte del sufrimiento cuando conozcas la mente única».