86. Nunca nada lo perturba

Eran pasadas las diez de la noche y vi que Luang Pu estaba sentado descansando, así que fui a informarle:

«Luang Pu Ajaan Khao ha muerto».

«Ah, sí. Ajaan Khao ha acabado finalmente con la carga de llevar sus saṅkhāras de aquí para allá. Lo visité hace cuatro años y pude ver las dificultades que le ocasoinabansus saṅkhāras físicos. Necesitaba que hubiera personas cuidando de él todo el tiempo. En cuanto a mí, no tengo mal karma en lo que respecta al cuerpo. Pero en cuanto al tema del mal karma y el cuerpo, incluso los nobles—sin importar el nivel de realización—todavía tienen que lidiar con estas cosas hasta que se liberan definitivamente de ellas y dejan de mezclarse con ellas. El estado normal de la mente implica tener que convivir con cosas de este tipo. Pero en lo que respecta a la mente bien entrenada, cuando estas cosas surgen es capaz de soltarlas inmediatamente y mantener su paz, sin preocupaciones, sin apegos; libre del peso de tener que enredarse con ellas. Eso es todo lo que hay».