32. Cuanto más pobre, más feliz
Hasta el final de su vida, Luang Pu se bañaba todas las tardes a las cinco con agua tibia, asistido por un monje o novicio. Después de secarse y sintiéndose repuesto, solía decir algunas palabras de Dhamma que le venían de forma espontánea. Por ejemplo, una vez dijo:
«Si establecemos en nosotros una satisfacción por nuestro estatus como monjes, no hallaremos más que felicidad y paz. Pero si, teniendo este estatus de monjes, anhelamos cualquier otro estatus, viviremos sumergidos en la miseria. Cuando puedes parar de ansiar, de buscar, ese es el verdadero estado de ser monje. Cuando verdaderamente eres un monje, cuanto más pobre seas, más feliz serás».